La neumonía es una infección en los pulmones. Esto puede ser causado por virus, bacterias, o por un organismo llamado micoplasma. Cuando los padres se enteran de que su hijo tiene neumonía, a menudo preguntan si el niño tendrá que ser ingresado en el hospital. La mayoría de la neumonía infantil pueden ser tratados en forma ambulatoria si se diagnostica pronto.
Neumonías bacterianas son generalmente comienzan abruptamente con fiebre alta. Por lo general, una tos está presente, pero a veces el paciente tiene fiebre alta y dolor de estómago como el pulmón se sienta sobre el estómago y causa irritación. Neumonías bacterianas también se asocian generalmente con un alto número de glóbulos blancos en un conteo sanguíneo completo (CSC). Una vez que el antibiótico correcto se inicia, el paciente suele responder muy rápidamente con la fiebre disminuye en 24-48 horas. La tos puede persistir más tiempo, sin embargo, de la irritación de los pulmones.
Las neumonías virales y micoplasma son generalmente un poco más lento para desarrollar y puede no estar asociada con fiebre alta. Estas son las neumonías frecuencia llamada neumonía errante, porque el paciente no suele ser tan enfermo como están las neumonías bacterianas. A menudo es difícil distinguir entre neumonía viral y micoplasmas. Ambos presentan con menores niveles de glóbulos blancos y tienen un lugar no determinado patrón en la radiografía. La única razón por la que es bueno saber la diferencia es que la neumonía viral debe ser tratado con la atención de apoyo mientras que la neumonía por micoplasma puede ser tratada con antibióticos como azitromicina. A menudo, la única manera de saber la diferencia es tratar Zithromax y si el paciente mejora, probablemente fue causada por una neumonía por micoplasma. Si se trataba de una neumonía viral, la Zithromax no ayudará. Infecciones por micoplasma son muy comunes en los niños más pequeños en edad escolar.
La neumonía es una inflamación de los pulmones causado con mayor frecuencia por una infección con la bacteria o un virus. La neumonía puede hacer difícil la respiración porque los pulmones tienen que trabajar más para obtener suficiente oxígeno en el torrente sanguíneo.
Los síntomas de la neumonía causada por bacterias a menudo comienzan súbitamente y puede seguir a una infección del tracto respiratorio superior, tales como la influenza (gripe) o un resfriado. Los síntomas comunes incluyen fiebre, una tos que produce mucosidad de color a menudo (esputo) de los pulmones y la respiración rápida, a menudo superficial.
Los adultos mayores pueden tener síntomas diferentes, menos, o más suave. El signo principal de la neumonía en los adultos de edad avanzada puede ser un cambio en la forma en que piensan así (confusión o delirio) o el empeoramiento de una enfermedad pulmonar que ya tienen.
Los síntomas de la neumonía no causadas por bacterias (no bacteriana) incluyen fiebre, tos y dificultad para respirar, y puede haber producción de moco poco.
Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía causada por bacterias.
La neumonía es una infección de uno o ambos pulmones. A menudo, la neumonía comienza después de una infección del tracto respiratorio superior (nariz y garganta). Esto hace que se acumule líquido en los pulmones, dificultando la respiración. Los niños de cualquier edad pueden desarrollar neumonía. La neumonía es más común en otoño, invierno y principios de primavera.
La neumonía es una infección de uno o ambos pulmones que suele ser causada por bacterias, virus u hongos. La neumonía también puede ser causada por la inhalación de alimentos, líquidos, gases o polvos. Aproximadamente el 50% de los casos de neumonía se cree que son causadas por virus y tienden a resultar en menos una enfermedad grave que las bacterias neumonía por. La mayoría de la neumonía en los muy jóvenes está causada por la infección viral, incluyendo virus sincitial respiratorio (RSV). Los síntomas de la neumonía viral son similares a los síntomas de la gripe y incluyen fiebre, tos seca, dolor de cabeza, dificultad para respirar dolor muscular, debilidad, y sigue aumentando.
La neumonía se contagia por contacto cercano de persona a persona, por lo general cuando una persona infectada tose o estornuda cerca de otra persona. Las personas consideradas en alto riesgo de contraer neumonía son los ancianos, los niños y las personas con problemas de salud subyacentes, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca congestiva (CHF), y anemia de células falciformes. Otras condiciones que pueden aumentar la probabilidad de un individuo de desarrollar neumonía incluyen el deterioro del sistema inmunitario, tales como los encontrados en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), o aquellos sometidos a la terapia del cáncer o trasplante de órganos.
Actualmente, más de tres millones de personas desarrollan neumonía cada año en los Estados Unidos. Aunque la mayoría de estas personas se recuperan, aproximadamente el 5% morirán a causa de una neumonía.
La neumonía es una complicación de una condición pre-existente o una infección. La neumonía se activa cuando el sistema de defensa de una persona se debilita, lo más a menudo por una simple infección viral del tracto respiratorio superior o de un caso de influenza.
La aparición de la neumonía bacteriana puede variar de gradual a repentino. En la mayoría de los casos graves, el paciente puede experimentar agitación/escalofríos, castañeteo de dientes, dolores de pecho severos, sudoración, tos que produce mucosidad de color rojizo o verdoso, aumento de la respiración y el pulso, y labios de color azulado o clavos debido a la falta de oxígeno.
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