
Antes de decirle a su hijo a jugar a través del dolor, es importante entender la diferencia entre el malestar y el dolor. Al participar en actividades de ejercicio, deporte o recreación, a menudo es normal sentir molestias. La incomodidad puede incluir dolor en los músculos, porque nuestro cuerpo no está acostumbrado a una actividad. Si su niño está experimentando malestar, pueden sentirse bien para seguir jugando. Por otro lado, el dolor puede ser una señal de que algo puede estar mal. Dolor, hinchazón y disminución de la capacidad de realizar en su deporte elegido puede ocurrir si su hijo ha sufrido una lesión. En este punto, es importante que vea un profesional del cuidado de la salud y recibir una correcta evaluación y diagnóstico antes de volver a jugar. Puede haber momentos en que su hijo no puede recordar una lesión que ocurre, pero todavía están experimentando dolor. Esto puede ocurrir si su hijo está involucrado en un deporte que requiere de actividades repetitivas como gastos generales de tipo tirar, correr o nadar. Lesiones por uso excesivo pueden producirse a partir de un aumento en la cantidad de entrenamiento, un cambio en el equipo, como una raqueta de tenis o un nuevo par de zapatos, o un cambio en la técnica. Una evaluación adecuada de un profesional de la salud también es importante en el tratamiento de lesiones por uso excesivo, especialmente si su hijo tiene dolor durante o después de la actividad. A veces es difícil saber la diferencia entre el malestar y el dolor. Si el dolor o malestar está afectando el rendimiento de su niño, lo mejor es consultar con su profesional de la salud.
(Esta respuesta proporcionada por NATA por Stephanie jivas, PhD, ATC, LAT).

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