Un aneurisma y un derrame cerebral tienen un gran factor en común: ambos son enfermedades debidas a problemas con los vasos sanguíneos en y alrededor del cerebro. Sin embargo, hay algunas diferencias.
Un aneurisma tiene que ver con el debilitamiento de la pared de un vaso sanguíneo, generalmente una arteria. El debilitamiento en la pared vascular puede resultar en un saco lleno de sangre o abultado. La sangre en este saco se puede coagular, liberarse y formar una obstrucción que puede alojarse en otro lugar y evitar el flujo de sangre necesaria. Los aneurismas generalmente ocurren en la aorta, la arteria más grande del cuerpo. Pero también pueden producirse con frecuencia en el cerebro.
Un derrame cerebral ocurre cuando las células cerebrales empiezan a morir por falta de sangre rica en oxígeno. Sangrado repentino en el cerebro puede causar un derrame cerebral si las células del cerebro se dañan. Síntomas de accidente cerebrovascular pueden incluir debilidad repentina, entumecimiento o parálisis de la cara, los brazos o las piernas, y problemas para hablar o ver.
Tanto un accidente cerebrovascular y aneurisma son enfermedades graves que requieren atención de emergencia.
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