Fumar daña casi todos los órganos del cuerpo, por lo que no es sorpresa que puede afectar a su salud ósea, también. En resumen, Fumar acelera la descomposición de su tejido óseo, provocando la pérdida ósea más rápida y huesos más débiles. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, las mujeres posmenopáusicas que fuman tienen menor densidad ósea que las mujeres que nunca han fumado. Las mujeres que fuman tienen un mayor riesgo de sufrir una fractura de cadera que sus compañeros que no fuman. Y de acuerdo con Diane Schneider, MD, autor de El Libro Completo de la salud ósea, las mujeres fumadoras tienden a tener niveles más bajos de estrógeno, la hormona que ayuda a mantener los huesos fuertes.
Fumar tiene un efecto perjudicial sobre la salud ósea, así como la salud general. Fumar se ha demostrado para dañar el tejido óseo. Esto se debe a que ciertas sustancias químicas presentes en los cigarrillos puede afectar la forma en que su cuerpo puede utilizar y almacenar calcio. Los fumadores también pueden tener un mayor riesgo de osteoporosis y la fractura ósea.
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